Es un hecho importante y conocido que las cosas no siempre son lo que parecen. Por ejemplo, en el planeta Tierra el hombre siempre supuso que era más inteligente que los delfines porque había producido muchas cosas -la rueda, Nueva York, las guerras, etcétera-, mientras que los delfines lo único que habían hecho consistía en juguetear en el agua y divertirse. Pero a la inversa,los delfines siempre creyeron que eran mucho más inteligentes que el hombre, precisamente por las mismas razones.
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Efectivamente, en el planeta sólo existía una especie más inteligente que los delfines, y pasaba la mayor parte del tiempo en laboratorios de investigación conductista corriendo en el interior de unas ruedas y llevando a cabo alarmantes, sutilantes y elegantes experimentos sobre el hombre. El hecho de que los humanos volvieran a interpretar mal esa relación correspondía enteramente a los planes de tales criaturas.
Importado de "Guía del autoestopista galáctico"
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