20151231

Cita #263

El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquél que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.

Importado de "Las Ciudades Invisibles"

Cita #262

-¿Entonces cuándo obtiene la niña la libre voluntad? A los dos años corretea por todas partes señalando lo que hay a su alrededor. A los tres da la lata a su mamá y a los cuatro de pronto le entra miedo de la oscuridad. ¿Dónde está la libertad, Sofía?
-No lo sé.
-A los quince se pone delante del espejo y hace pruebas con el maquillaje. ¿Es ahora cuando toma sus propias decisiones personales y hace lo que quiere?
-Entiendo lo que quieres decir.
-Ella es Sofía Amundsen, ya lo creo. Pero también vive según las leyes de la naturaleza. Lo que pasa es que n ose da cuenta de eso porque hay muchas y muy complejas causas detrás de cada cosa que hace.
-No creo que quiera oír ya más.
-De todos modos has de contestar a una última pregunta. Dos árboles de la misma edad crecen en un gran jardín. Uno de ellos crece en un lugar con mucho sol y tiene fácil acceso a tierra nutritiva y agua. El otro árbol crece en una tierra mala en un sitio de mucha sombra. ¿Cuál de los dos árboles crees que se hará más grande? ¿Y cuál de los dos dará más frutos?
-Naturalmente, el árbol que ha tenido las mejores condiciones de crecimiento.
-Según Spinoza ese árbol es libre. Ha tenido una libertad total para desarrollar sus posibilidades inherentes. Pero si es un manzano no ha tenido la posibilidad de dar peras o ciruelas. Lo mismo ocurre con los seres humanos. Se nos puede inhibir nuestra evolución y nuestro crecimiento personal por ejemplo mediante determinadas condiciones políticas. De esa manera, una fuerza exterior nos puede poner impedimientos. Sólo vivimos como seres libres cuando podemos desarrollar "libremente" nuestras posibilidades inherentes. Pero estamos tan determinados por disposiciones internas y condiciones externas como aquel niño del valle del Rhin de la Edad de Piedra, el león de äfrica o el manzano del jardín.
-Estoy a punto de resignarme.
-Spinoza afirma que sólo un ser que plenamente es la "causa de sí mismo" puede actuar en total libertad. Sólo Dios o la Naturaleza presentan una actividad así de libre y "no casual". Un ser humano puede esforzarse por conseguir una libertad que le permita vivir sin presiones externas. Pero jamás conseguirá una "voluntad libre". Nosotros no decidimos todo lo que ocurre con nuestro cuerpo, que es un modo del atributo de la extensión. Tampoco elegimos lo que pensamos. El homre no tiene por tanto un "alma libre" que está más o menos presa en un cuerpo mecánico.
-Eso me resulta un poco difícil de entender.
-Spinoza pensaba que son las pasiones de los seres humanos por ejemplo la ambición y el deseo las que nos impiden lograr la verdadera felicidad y armonía. No obstante, si reconocemos que todo ocurre por necesidad, podremos lograr un reconocimiento intuitivo de la naturaleza como tal. Podremos llegar a una vivencia cristalina del contexto de todas las cos, de que todo es Uno. La meta es captar todo lo que existe con una sola mirada panorámica. Hasta entonces no podremos alcanzar la máxima felicidad y serenidad de espíritu. Esto fue lo que Spinoza llamó ver todo "sub specie æternitatis".
-¿Y qué significa?
-Ver todo "bajo el ángulo de la eternidad" ¿No fue por donde empezamos?
-Y por donde tenemos que acabar.

Importado de "El Mundo de Sofía"