-Es un libro que habla de lo que hablan casi todos los libros -prosiguió diciendo el viejo-. De la incapacidad de las personas para escoger su propio destino. Y termina haciendo que todo el mundo dé crédito a la mayor mentira del mundo.
-¿Cuál es la mayor mentira del mundo? -preguntó, sorprendido, el muchacho.
-Es ésta: en un momento determinado de nuestra existencia perdemos el control de nuestra vida y pasa a ser gobernada por el destino. Ésta es la mayor mentira del mundo.
Importado de "El Alquimista"
20160308
Cita #267
Me pongo a pensar qué cosas me gustan de los viajes, y no doy con la idea. ¿El hecho de estar en tránsito continuo? Sí, está bien, pero no es sólo eso. ¿Vivir sin hacer nada sabiendo que de todos modos se está haciendo algo puesto que se está en movimiento? También, pero no me satisface como la gran explicación.
Sólo sé que no tiene nada que ver con estar lejos (¿qué es lejos hoy —me pregunto—: lejos de Mercedes o lejos de mi hija?). Y tampoco con admirar paisajes ni empaparme de culturas extrañas, porque lo más lejos que estuve en mi vida fue aquí, en esta casa barcelonesa. Hay algo más, lo sé muy bien, y tiene que ver conmigo, no con el sitio en donde esté. Tiene que ver con la disposición del ánimo, y la capacidad que tienen los ojos de convertirse en órganos diferentes a los habituales, mucho más escudriñadores y eficaces, mucho menos abúlicos y torpes que los que me acompañan caminando ahora.
Para decirlo de algún modo literario (no por eso falso) no extraño viajar sino al que soy cuando viajo; extraño el ser humano en que me transformo cuando vago mochila al hombro. Para usar una metáfora de otro artículo: cuando viajo me siento como si después de mucho tiempo se me hubieran destapado las fosas nasales y pudiera volver respirar con todos los pulmones, e incluso con un tercero.
Sólo sé que no tiene nada que ver con estar lejos (¿qué es lejos hoy —me pregunto—: lejos de Mercedes o lejos de mi hija?). Y tampoco con admirar paisajes ni empaparme de culturas extrañas, porque lo más lejos que estuve en mi vida fue aquí, en esta casa barcelonesa. Hay algo más, lo sé muy bien, y tiene que ver conmigo, no con el sitio en donde esté. Tiene que ver con la disposición del ánimo, y la capacidad que tienen los ojos de convertirse en órganos diferentes a los habituales, mucho más escudriñadores y eficaces, mucho menos abúlicos y torpes que los que me acompañan caminando ahora.
Para decirlo de algún modo literario (no por eso falso) no extraño viajar sino al que soy cuando viajo; extraño el ser humano en que me transformo cuando vago mochila al hombro. Para usar una metáfora de otro artículo: cuando viajo me siento como si después de mucho tiempo se me hubieran destapado las fosas nasales y pudiera volver respirar con todos los pulmones, e incluso con un tercero.
Importado de "El que soy cuando viajo", en "Charlas con mi hemisferio derecho"
20160307
Cita #266
Muchos podrían decir que escribo tan enojado porque estoy pasando por una etapa de mi vida en la que comienzo a replantearme la existencia de un modo político y ético, y porque estoy viviendo un fin de siglo cada vez más desculturizado, y porque existo en un país de ciudadanos con mentalidad de señora gorda, en un país que discute los postulados mas torpes en horario central, en un país que mide el humor desde las diversas variantes que existen en el reino vegetal para nombrar -sin nombrarlo- el aparato reproductor masculino. Podría decirse eso, pero por una cuestión de costumbre yo preferiría decirlo de otra manera.
Importado de "Adicción por las metáforas" en "Charlas con mi hemisferio derecho"
Importado de "Adicción por las metáforas" en "Charlas con mi hemisferio derecho"
20160102
Cita #265
4
El día que nació Joel, el Muchacho de Los Viveros sintió un júbilo que nunca antes había experimentado. En un bar cercano al hospital habló con un hombre que bebía una cerveza en la barra. Le contó de su hijo recién nacido sin ahorrar adjetivos e interjecciones. El Hombre de la Barra escuchó con atención y paciencia al joven, midió su entusiasmo y al fin dijo: "Es sólo el principio. Vendrá la muerte".
Importado de "Vendrá la Muerte" en "El tiempo apremia"
El día que nació Joel, el Muchacho de Los Viveros sintió un júbilo que nunca antes había experimentado. En un bar cercano al hospital habló con un hombre que bebía una cerveza en la barra. Le contó de su hijo recién nacido sin ahorrar adjetivos e interjecciones. El Hombre de la Barra escuchó con atención y paciencia al joven, midió su entusiasmo y al fin dijo: "Es sólo el principio. Vendrá la muerte".
Importado de "Vendrá la Muerte" en "El tiempo apremia"
20160101
Cita #264
Al cabo de unas semanas de desasosiego: centraron cabezas, hicieron de vísceras y bilis sonrisa amigable, consultaron con psicoanalistas, contadores, terapeutas varios, astrólogos y astrónomos y se sinceraron: éste es un país de mierda, nosotros unos gobernantes ineptos, nuestros enemigos unos aprovechados, las minas un fraude y el equipo de fútbol un fracaso.
-¿Y si nos quedamos sólo con el equipo de futbol y le metemos dólares? -propuso José Asunción.
-Mejor con el obispado. Allí ni siquiera hay que meterle mucho dinero, no hay porras y deja buenas ganancias. En una de ésas, hasta nos ganamos el paraíso.
Importado de "El tiempo apremia"
-¿Y si nos quedamos sólo con el equipo de futbol y le metemos dólares? -propuso José Asunción.
-Mejor con el obispado. Allí ni siquiera hay que meterle mucho dinero, no hay porras y deja buenas ganancias. En una de ésas, hasta nos ganamos el paraíso.
Importado de "El tiempo apremia"
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