Terapias
Un cronopio se recibe de
médico y abre un consultorio en la calle Santiago del Estero. En seguida viene
un enfermo y le cuenta cómo hay cosas que le duelen y cómo de noche no duerme y
de día no come.
-Compre un gran ramo de
rosas- dice el cronopio.
El enfermo se retira
sorprendido, pero compra el ramo y se cura instantáneamente. Lleno de gratitud
acude al cronopio, y además de pagarle le obsequia, fino testimonio, un hermoso
ramo de rosas. Apenas se ha ido el cronopio cae enfermo, le duele por todos
lados, de noche no duerme y de día no come.
Importado de "Historias de cronopios y de famas"