Uno siempre teme las cosas insólitas. Recuerdas seguramente a un compañero de escuela excepcionalmente brillante, que recitaba las lecciones y respondía a las preguntas mientras los demás lo miraban con odio, inmóviles como estatuas de plomo ¿Y no era este mismo compañero brillante al que golpeaban y torturaban al salir de la escuela? Claro que sí. Todos debemos parecernos. No nacemos libres e iguales, como dice la Constitución, nos hacemos iguales. Todo hombre es la imagen de todos los demás, y todos somos así igualmente felices. No hay montañas sobrecogedoras que puedan empequeñecernos. La conclusión es muy sencilla. Un libro, en manos de un vecino, es un arma cargada. Quémalo. Saca la bala del arma. Abre la mente del hombre ¿Se sabe acaso quién puede ser el blanco de un hombre leído? ¿Yo? No puedo aceptarlo.
Importado de Fahrenheit 451
20110106
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We will be geared to the average rather than the exceptional, won't we?
ResponderEliminarBárbaro.