Puede usted decirme, querido señor, ¿para qué sirve este maldito progreso? Sea sincero ¿Para qué le sirve este progreso a usted, a su mujer y a sus hijos? ¿Para qué le sirve a la sociedad? ¿El teléfono lo hace más feliz, un aeroplano de quinientos caballos más moral, una locomotora eléctrica más perfecto, un subterráneo más humano?
Si los objetos nombrados no le dan a usted salud, perfección interior, todo ese progreso no vale un pito, ¿me entiende?
Los antiguos creían que la ciencia podía hacer feliz al hombre ¡Qué curioso! Nosotros tenemos, con la ciencia en nuestras manos, que admitir lo siguiente: lo que hace feliz al hombre es la ignorancia. El resto, es música celestial...
(Importado de "¿Para qué sirve el progreso?", de Nuevas Aguafuertes)