20110204

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No tenía salida, pero tenía que procrarme una: sin ella no podía vivir. Siempre contra esa pared hubiera reventado inevitablemente. (...)
Temo que no se comprenda bien lo que yo entiendo por salida. Empleo la palabra en su sentido mas cabal y más común. Intencionalmente no digo libertad. No hablo de esa gran sensación de libertad hacia todos los ámbitos. (...)
Con la libertad -y esto lo digo al pasar- uno se engaña demasiado entre los hombres, ya que si el de libertad es uno de los sentimientos más sublimes, así también son de sublimes los correspondientes engaños.

Importado de "Informe para una academia", en Bestiario.

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