20110822

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-El diseño de la educación médica está totalmente equivocado: para cuando nos enteramos de que no vamos a ser médicos de la tele que desvisten a bellezas de apetecibles tetas, sino médicos de la Casa que tenemos que desosbstruir intestinos de gomers, ya hemos invertido mucho en el asunto como para abandonar, así que todo el mundo sigue como seguís vosotros, pobres diablos. La secuencia del aprendizaje debería ser al revés: el primer día deberían llevar a los melindrosos BMS a la Casa de Dios y restregarles las narices con Olive O. A los aspirantes a cirujanos se les quitarían las ganas al ver sus jorobas; y a los entusiastas internistas potenciales, al ver sus datos clínicos -incompatibles con la vida- y su imposibilidad de curarse y de morirse; e incluso los ginecólogos enc iernes, tras echar un vistazo al "terreno" de su futura especialidad, desplazarían de inmediato sus preferencias a Odontología. Y entonces, y sólo entonces, aquellos que tuvieran estómago para ello podrían empezar a estudiar los años previos a la clínica.

Importado de "La Casa de Dios"

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