20111030

01101110

Es un hecho importante y conocido que las cosas no siempre son lo que parecen. Por ejemplo, en el planeta Tierra el hombre siempre supuso que era más inteligente que los delfines porque había producido muchas cosas -la rueda, Nueva York, las guerras, etcétera-, mientras que los delfines lo único que habían hecho consistía en juguetear en el agua y divertirse. Pero a la inversa,los delfines siempre creyeron que eran mucho más inteligentes que el hombre, precisamente por las mismas razones.
(...)
Efectivamente, en el planeta sólo existía una especie más inteligente que los delfines, y pasaba la mayor parte del tiempo en laboratorios de investigación conductista corriendo en el interior de unas ruedas y llevando a cabo alarmantes, sutilantes y elegantes experimentos sobre el hombre. El hecho de que los humanos volvieran a interpretar mal esa relación correspondía enteramente a los planes de tales criaturas.

Importado de "Guía del autoestopista galáctico"

20111027

01101101

(...)
El resultado práctico de todo esto es que si uno se introduce un pez Babel en el oído, puede entender al instante todo lo que se diga en cualquier lenguaje".
(...)
Pero es una coincidencia extrañamente improbable el hecho de que algo tan impresionantemente útil pueda haber evolucionado por pura casualidad, y algunos pensadores han decidido considerarlo como la prueba definitiva e irrefutable de la no existencia de Dios.
Su argumento es más o menos el siguiente: "Me niego a demostrar que existo", dice Dios, "porque la demostración anula la fe, y sin fe no soy nada."
"Pero", dice el hombre, "el pez Babel es una revelación brusca, ¿no es así? No puede haber evolucionado al azar. Demuestra que vos existís, y por lo tanto, según Vuestros propios argumentos, Vos no. Quod erat demonstrandum".
"¡Válgame Dios!",dice Dios, "no había pensado en eso",y súbitamente desaparece en un soplo de lógica".
(...)
Entretanto, el pobre pez Babel, al derribar eficazmente todas las barreras de comunicación entre las diferentes razas y culturas, ha provocado más guerras y más sangre que ninguna otra cosa en la historia de la creación.

Importado de "Guía del autoestopista galáctico"

20111026

01101100

Una de las cosas que a Ford Prefect le había costado más trabajo entender de los humanos era su costumbre de repetir y manifestar continuamente lo que era a todas luces muy evidente; como Hace buen día, Es usted muy alto o ¡Válgame Dios!, parece que te has caído a un pozo de diez metros de profundidad, ¡estás bien? Al principio, Ford elaboró una teoría para explicarse esa conducta extraña. Si los seres humanos no dejan de hacer ejercicio con los labios, pensó, es probable que la boca se les quede agarrotada. Tras unos meses de meditación y observación, rechazó aquella teoría en favor de una nueva. Si no continúan haciendo ejercicio con los labios, pensó, su cerebro empieza a funcionar. Al cabo de un tiempo la abandonó, considerando que era embarazosamente cínica, y decidió que después de todo le gustaban mucho los seres humanos, pero siempre le preocupóe xtremadamente la tremenda cantidad de cosas que desconocían.

Importado de "Guía del autoestopista galáctico"

20111010

01101011

Si en el mundo no hubiera más que rebeldes, no podría marchar; tórnase imposible la rebeldía si faltara contra quién rebelarse. Y, sin los innovadores, ¿quién empujaría el carro de la vida sobre el que van aquéllos tan satisfechos? En vez de combatirse, ambas partes debieran entender que ninguna tendría motivo de existir como la otra no existiese. El conservador sagaz puede bendecir al revolucionario, tanto como éste a él. He aquí una nueva base para la tolerancia: cada hombre necesita de su enemigo.

Importado de "El hombre mediocre"

20111007

01101010

¡Oh, yo puedo perdonarle a Dios su ira, aunque destruya las naciones; pero no puedo perdonarle su paz!

Importado de "El hombre que fue Jueves"

20111001

01101001

Un programa abstracto esperfecto: parece idealista y no lastima las ideas que cree tener cada cómplice. De cada cien, noventa y nueve mienten lo mismo: la grandeza del país, los sagrados principios democráticos, los intereses del pueblo, los derechos del ciudadano, la moralidad administrativa. Todo ello, si no es desvergüenza consuetudinaria, resulta de una tontería enternecedora: simuladecir mucho y no significa nada. El miedo a las ideas concretas ocúltase bajo el antifaz de las vaguedades cívicas.

Importado de "El hombre mediocre"

01101000

¿Quieren ustedes que les diga el secreto del mundo?Pues el secreto está en que sólo vemos las espaldas del mundo. Sólo lo vemos por detrás, por eso parece brutal. Eso no es un árbol, sino las espaldas de un árbol; aquello no es una nube, sino las espaldas de una nube ¿No ven ustedes que todo está como volviéndose a otra parte y escondiendo la cara? ¡Si pudiéramos salirle al mundo por enfrente!

Importado de "El hombre que fue Jueves"