-¡Buenos días! -dijo Bilbo, y esto era exactamente lo que quería decir. El sol brillaba y la hierba estaba muy verde. Pero Gandalf lo miró desde abajo de las cejas largas y espesas, más sobresalientes que el ala del sombrero, que le ensombrecía la cara.
-¿Qué quieres decir? -preguntó-. ¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno?
Importado de "El Hobbit"
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