20150305

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  Como el calor –contaba que es como el calor–, estás dos o tres días en el calor y lastima salir al frío. Pero los que estuvieron un tiempo en el calor –parece mentira– resisten el frío más y por más tiempo.

  –Sé de autos, sé de radiadores. Uno no es muy distinto de un auto. No es que uno guarde el calor en un termo de adentro, no es posible. Cualquier mecánico lo puede demostrar. Es otra cosa –explicaba–. Si se junta calor, después de un rato al frío el calor se va.

  Pero el que estuvo un tiempo en el calor puede aguantar más tiempo el frío. Están ahí en el frío, ya se les enfriaron los termos y los circuitos del motor, y siguen aguantando, porque si llegan del calor, aunque estén fríos, se acuerdan del calor que tuvieron y pueden estar bien en el frío sabiendo que el calor existe, que el calor estuvo, que puede estar todavía ahí, esperándolos. En el frío, al que llegó desde el calor, cuando ya está frío le alcanza con saber que puede imaginarse cómo era el calor.

  En cambio, el que estuvo en el frío, siempre en el frío, está frío, olvidó. Está listo, está frío, no tiene más calor en ningún lado y el frío lo come, le entra, ya no hay calor en ningún sitio, lo único que puede calentar es el frío, quedarse quieto, y en cuanto puede imaginar que ese frío quieto es calor, se deja estar al frío, comienza a helarse y el frío ya le deja de doler y termina.

Importado de "Los pichiciegos"

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