...pero instantes después caí en la cuenta con espanto de que no había aprendido en absoluto a salvar a las personas: ni al doctor Sanders ni a Lazaro ni a Jimmy ni a Saul ni a Anna O..., y de que lo que en realidad me estaba resultando apasionante era aprender cómo se salva uno a sí mismo.
Importado de "La Casa de Dios"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario