Los pensamientos vuelan de una mente a otra en alas de la palabra. Cada palabra es enviada con la intención de llevar un único pensamiento, pero a espaldas de quien habla y a pesar suyo, esa expresión, esa palabra , esa larva, se fecunda por la voluntad del oyente y el representante de una mónada se vuelve el centro de una esfera de ideas que irradian en todos los sentidos, de suerte que el orador además de lo que quiso decir, ha dicho realmente una infinidad de otras cosas, ha formado el cuerpo de una idea con tinta y esa materia destinada a envolver misteriosamente un único ser inmaterial contiene en realidad un mundo de esos seres, de esos pensamientos.
Importado de "El maestro ignorante"
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