Pensé: llega un momento de la vida en que de la gente que uno ha conocido son más los muertos que los vivos. Y la mente se niega a aceptar otras fisonomías, otras expresiones: en todas las caras nuevas que encuentra, imprime los viejos moldes, para cada una encuentra una máscara que se le adapta mejor.
(...)
Pensé: tal vez Adelma sea la ciudad a la que uno llega al morir y donde cada uno encuentra a las personas que ha conocido. Es señal de que también yo estoy muerto. Pensé además: es señal de que el más allá no es feliz.
Importado de "Las ciudades y los muertos 2", en "Las ciudades invisibles"
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