El hombre de las cavernas dejó de andar sobre sus cuatro patas, porque el mismo Emig Bilk indicó que, si se andaba sólo con los pies, se necesitaba únicamente un par de zapatos en lugar de dos. De este modo, aquel genio primitivo que había descubierto a las mujeres inventó también el ahorro, una consecuencia lógica y necesaria en aquellos tiempos lejanos, como lo es igualmente hoy en día.
Importado de "Memorias de un amante sarnoso"
20120506
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