-Espíritu -dijo Scrooge, con un interés que nunca antes había sentido-, dime si Timmy va a vivir.
-Veo una silla vacía -replicó el Fantasma- en el pobre rincón de la chimenea, y una muleta sin dueño, cuidadosamente conservada. Si esas sombras no son alteradas por el futuro, el niño va a morir.
-¡No, no! -dijo Scrooge-. ¡Oh, no! ¡Bondadoso Espíritu! Dime que se salvará.
-Si esas sombras no son alteradas por el Futuro, ningún otro de mi raza -replicó el Fantasma- va a encontrarlo aquí. ¿Y Qué con eso? Si prefiere morir, mejor que lo haga y disminuya el exceso de población.
Scrooge, lleno de arrepentimiento y de pena, bajó la cabeza al escuchar sus propias palabras citadas por el Espíritu.
-Hombre - dijo el Fantasma-, si tienes corazón humano y no de piedra, evita esas palabras malvadas hasta que hayas descubierto Cuál es ese exceso y Dónde se encuentra.
Importado de "Canción de Navidad"
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